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La ilusión de control: Creyendo que podemos influir en todo

February 17, 2024

Este artículo te llevará de viaje a través de la ilusión de control, un sesgo cognitivo que nos hace creer que tenemos más influencia sobre los eventos de lo que realmente tenemos. Descubrirás cómo este sesgo influye en nuestras decisiones diarias, desde jugar a la lotería hasta tomar decisiones financieras importantes. A través de ejemplos cotidianos, historias y estudios, te invitamos a reflexionar sobre cómo este sesgo afecta tu vida y qué puedes hacer para contrarrestarlo.

Imagínate lanzando un par de dados, pero esta vez, realmente crees que si los lanzas de cierta manera, si soplas sobre ellos con la cantidad exacta de fuerza, si piensas en el número que deseas con suficiente intensidad... entonces, tal vez, solo tal vez, puedas influenciar el resultado. Esto, queridos lectores, es un ejemplo clásico de la ilusión de control en acción, y debo decir, es fascinante cómo este sesgo se cuela en múltiples aspectos de nuestras vidas.

La ilusión de control es un sesgo cognitivo que nos lleva a sobreestimar nuestra capacidad para controlar eventos sobre los que objetivamente tenemos poco o ningún poder. A todos nos gusta sentir que tenemos el timón de nuestras vidas firmemente en nuestras manos, pero, ¿hasta qué punto esto es cierto y cuándo empieza a ser una mera ilusión?

¿Por qué caemos en esta trampa mental?

Hay varias razones que nos hacen susceptibles a la ilusión de control. Por un lado, está nuestro incansable optimismo y la necesidad de creer que somos capaces de enfrentar cualquier adversidad que se nos presente. Por otro, está la manera en que interpretamos los éxitos pasados; tendemos a atribuirnos el mérito de los buenos resultados, olvidando a menudo el papel que la suerte jugó en esos casos.

La ilusión de control en la vida diaria

Para ver cómo esto se manifiesta en la vida cotidiana, no necesitamos mirar más allá de nuestro entorno inmediato:

  • Juegos de azar: Aquí, la ilusión de control alcanza su máxima expresión. Muchos jugadores creen poder influir en el resultado de una mano de cartas, un giro de ruleta o el lanzamiento de los dados a través de rituales, supersticiones o simplemente “habilidad”.

  • Decisiones financieras: Desde el inversor que cree que sus elecciones están guiadas por una intuición infalible, hasta el empresario que está seguro de que su nueva empresa va a ser un éxito arrollador, todos somos propensos a sobreestimar nuestra capacidad para controlar el mercado.

  • Relaciones personales: Incluso en nuestras relaciones, podemos caer en la trampa de creer que tenemos el poder de cambiar a las personas o de controlar sus acciones, ignorando la complejidad de la naturaleza humana y la autonomía individual.

¿Cómo podemos contrarrestarlo?

Admitir que no tenemos control sobre todo lo que nos sucede puede ser, paradójicamente, liberador. Aquí van algunas estrategias para mantener la ilusión de control a raya:

  1. Educación y autoconciencia: Simplemente ser conscientes de la existencia de este sesgo ya es un gran paso hacia su mitigación.

  2. Análisis crítico de las situaciones: Pregúntate: ¿Cuánto control tengo realmente sobre este resultado? ¿Mis acciones influirán significativamente en el resultado, o estoy sobrevalorando mi impacto?

  3. Aceptación de la incertidumbre: Aprender a estar cómodo con la incertidumbre puede ayudarnos a tomar decisiones más informadas y realistas.

Estudios y ejemplos que lo ilustran

Uno de los ejemplos más destacados de este sesgo se encuentra en un estudio realizado en los años 70 por la psicóloga Ellen Langer, que mostraba cómo las personas estaban dispuestas a pagar más por billetes de lotería si podían elegirlos ellos mismos, creyendo ilusoriamente que esto aumentaba sus posibilidades de ganar.

Además, en el mundo de la inversión, es común ver cómo inversores atribuyen sus éxitos a su habilidad personal, ignorando los factores de mercado o eventos fortuitos que podrían haber contribuido significativamente a dichos éxitos.

Para reflexionar...

La próxima vez que te encuentres atribuyéndote el mérito de un éxito o creyendo que puedes influir en algo sobre lo que objetivamente tienes poco control, detente un momento. Pregúntate si estás cayendo en la trampa de la ilusión de control.

La vida está llena de incertidumbres, y eso está bien. Aceptar que hay cosas fuera de nuestro control no nos hace más débiles, sino más realistas y preparados para enfrentar el mundo tal como es. Al fin y al cabo, navegar por la vida requiere de saber cuándo soltar el timón y dejar que el mar nos lleve un poco.

Y tú, ¿en qué aspectos de tu vida has notado la ilusión de control? ¿Cómo crees que reconocer y superar este sesgo podría mejorar tu toma de decisiones? Comparte tus pensamientos y experiencias; después de todo, aprender juntos es la mejor manera de crecer.

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